martes, 15 de diciembre de 2009

Aminatu Haidar envidó a grande cuando en el formulario de entrada a Marruecos constató 'saharaui'. Marruecos echo ordago a grande y devolvio a España a Haidar. España envidó a chica (ya se sabe que jugador de chica, perdedor de mus) y en vez de deportarle le permitio quedarse en el aeropuerto de Lanzarote. "Pares no" y el intento de devolución fue con vuelta. Y, en estas, Haidar, con 31 (tres reyes-as), echo ordago a juego.

Lo que está claro es que va a ganar el órdago a España y/o a Marruecos (probablemente a ambos), porque ni la una puede dejarla morir, ni la otra negarle la entrada a su casa. ¿Cuándo?. Cuando pierda el conocimiento las autoridades españolas le tendrán que administrar alimentación intravenosa. Y cuando el sultán alauí considere que todo el mundo ha entendido que en su corral manda él.

Mientras tanto, lo que a simple vista parece una simple realidad en realidad son múltiples y complejas realidades entrelazadas: Una política saharaui que denuncia que a su pueblo no se le permite realizar el referéndum de autodeterminación que la ONU dictaminó hace ya años. Una madre que deserta que de sus obligaciones para con su familia (con la complice connivencia de ésta). Una orgullosa mujer que se niega a rectificar un hecho probado (que Sahara Occidental no existe como país a día de hoy y por lo tanto su nacionalidad es marroquí). Una activista radical-pacifista que está dispuesta a morir por la causa de su pueblo…

¿Cuál es el premio que se va a llevar ganando la partida?. No está claro. Probablemente ya se lo ha gastado parcialmente con la atención mediática de que ha sido objeto éste último mes. El resto del premio lo gastará cuando le veamos en camilla camino del hospital. ¿Cuál será el aprovechamiento personal?. Volverá a su casa, con su familia. Su imagen política se catapultará hasta el infinito. ¿Va a cambiar algo la política de Marruecos con respecto al Sahara?. Lo dudo mucho. Al contrario. Será un ‘aviso para navegantes’.

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