Dice mi mujer, que tiene una visión panorámica fantástica, que a Zapatero cuando se vaya, le van a dejar sólo. Vamos, que no se le va a arrimar nadie, que le van a tratar como a un apestado.
Me recuerda mucho a la historia de La hoguera de las vanidades, la gran novela de Tom Wolfe. Zapatero en el papel de Sherman McCoy. Broker de Wall Street por presidente de España. Duplex en Manhattan por el Palacio de la Moncloa. Premios y reconocimientos. Pedestales de poder que te hacen sentir en la cúspide del mundo y engrandecen el ego desmesuradamente.
Pero un error desencadena la tragedia. Allí un atropello no denunciado por miedo a ser asaltado en un barrio negro de mala reputación en una noche negra. Aquí una negación e inoperancia por miedo a perder el halo de salvador social. Y claro, la ocultación, o engaño, con buenas o malas intenciones, como la mentira, tienen las patas cortas.
De repente, todo se vuelve en contra. Te pillan la matrícula, y comienza la caza: medios de comunicación que se ponen del lado de la verdad, consejeros que abandonan, amigos que pasan a la sombra, compañeros que te apuñalan por la espalda...Hasta el conserje te niega la mirada cuando antes te abría las puertas. Aduladores que no amigos.
Ya no hay ganancia posible, sólo riesgo, únicamente mitigar la perdida. Miedo a perder lo conseguido. Aversión a la identificación con el culpable. Tampoco quedan intereses compartidos.
Sólo queda la familia (qué irónico!). Y un fondo de desilusión permanente.
domingo, 27 de junio de 2010
martes, 13 de abril de 2010
Un castellano auténtico
Llevo leyendo a Delibes muchos años. Su literatura es la viva expresión del carácter castellano: recio, directo, claro, sin abalorios, conciso, brusco inclusive.
El primer libro fue Las Ratas. Realidad de hambre y supervivencia en muchos pueblos de la meseta castellana de la España de la posguerra. Realidad de pobreza y miseria. Necesidad de ir a buscar al río la comida que el campo no da. Albercas y un único traje remendado hasta la saciedad. Tiempos de rebañar la sartén, en los que un trozo de tocino asado era un manjar y el condumio habitual.
La Caza es el diario de un cazador. Caza menor. Perdiz, conejo, liebre, torcaz. A la mano. Caminatas extenuantes por llanuras y laderas pedregosas tras ágiles y veloces animales. Frío, lluvia y viento en la cara. Dedos entumecidos y agarrotados en invierno. A solas con tus pensamientos. Escaso botín si acaso, pero plena satisfacción.
Los Santos Inocentes, famoso por la película homónima. Ambientado en Extremadura, tierra también necesitada. Todavía más duro y cruel que Las Ratas, ya que a la miseria de aquel se le añade la indignidad de la ‘esclavitud’ reflejado en las castas sociales de la Dehesa. Señoritos y porqueros. Palacetes y chozas.
Un título menor pero de muy fácil lectura es El Príncipe Destronado. Niñerías y ocurrencias de un principito destronado. Celos y llamadas de atención para no perder la cuota de cariño y tiempo de juegos. Cualquiera que tenga hijos se identificará con el cuento. Y cualquiera que tenga uno y esté esperando otro, es una buena lectura para comprender a un niño de 3 años.
El que más me gusta es El Hereje. Ya no volvió a publicar más que una colaboración con su hijo. Intransigencia e Inquisición. Reuniones evangelizadoras a escondidas. Persecución y condena. Por pensar diferente. Por abrazar una fe distinta a la establecida en los primeros años del protestantismo en España. También es un cuaderno de viaje por la ribera del Duero (más o menos) y los humedales de los alrededores de Toro. Desde Medina hasta Villafáfila y sus lagunas.
Para mí, posiblemente el escritor que mejor ha sabido comprender a Castilla. DEP.
El primer libro fue Las Ratas. Realidad de hambre y supervivencia en muchos pueblos de la meseta castellana de la España de la posguerra. Realidad de pobreza y miseria. Necesidad de ir a buscar al río la comida que el campo no da. Albercas y un único traje remendado hasta la saciedad. Tiempos de rebañar la sartén, en los que un trozo de tocino asado era un manjar y el condumio habitual.
La Caza es el diario de un cazador. Caza menor. Perdiz, conejo, liebre, torcaz. A la mano. Caminatas extenuantes por llanuras y laderas pedregosas tras ágiles y veloces animales. Frío, lluvia y viento en la cara. Dedos entumecidos y agarrotados en invierno. A solas con tus pensamientos. Escaso botín si acaso, pero plena satisfacción.
Los Santos Inocentes, famoso por la película homónima. Ambientado en Extremadura, tierra también necesitada. Todavía más duro y cruel que Las Ratas, ya que a la miseria de aquel se le añade la indignidad de la ‘esclavitud’ reflejado en las castas sociales de la Dehesa. Señoritos y porqueros. Palacetes y chozas.
Un título menor pero de muy fácil lectura es El Príncipe Destronado. Niñerías y ocurrencias de un principito destronado. Celos y llamadas de atención para no perder la cuota de cariño y tiempo de juegos. Cualquiera que tenga hijos se identificará con el cuento. Y cualquiera que tenga uno y esté esperando otro, es una buena lectura para comprender a un niño de 3 años.
El que más me gusta es El Hereje. Ya no volvió a publicar más que una colaboración con su hijo. Intransigencia e Inquisición. Reuniones evangelizadoras a escondidas. Persecución y condena. Por pensar diferente. Por abrazar una fe distinta a la establecida en los primeros años del protestantismo en España. También es un cuaderno de viaje por la ribera del Duero (más o menos) y los humedales de los alrededores de Toro. Desde Medina hasta Villafáfila y sus lagunas.
Para mí, posiblemente el escritor que mejor ha sabido comprender a Castilla. DEP.
lunes, 12 de abril de 2010
Los medios y la construcción del estado
Y aunque Fukuyama no lo incorpora a su ensayo, creo, otro de los pilares clave son los medios de comunicación. ¿Por qué? Porque los medios de comunicación están para comunicar, en primer lugar. Comunicar significa informar, no mal-informar, informar a medias, decir la mitad de la verdad, titularizar sin engaños ni ambigüedad, etc. En definitiva, contar lo que pasa objetivamente, con todos los datos y además contrastados. Dar al lector la oportunidad de formarse una opinión por sí mismo.
Después, evidentemente, se puede opinar, articular, etc. Faltaría más. Pero siempre como segunda parte, para que el lector, después de tener su idea, pueda tener otro punto de vista, y comparando ambos, tener una opinión final meditada, reflexionada y argumentada.
Claro, pedir esto en nuestro país es poco menos que pedirle peras al olmo. Entre los intereses comerciales de los medios con el gobierno de turno y la ideología de cada medio, volvemos a polarizar a la opinión pública, ya que, pongamos por ejemplo, una prevaricación lo es o no dependiendo de a quién leas. Un ejemplo muy reciente: si un juez, a sabiendas de que es ilegal, realiza escuchas en prisión a imputados por corrupción, y se descubre, y los imputados recurren el hecho, y el CGPJ abre expediente al susodicho juez, determinados medios apoyan ese recurso y tildan al juez de prevaricador mientras otros lo defienden…Y media España está a favor del juez y la otra media en contra. La realidad es que todos los medios deberían decir claramente que es ilegal, o no, lo que ha hecho y que, precisamente por ser juez, debería ser juzgado (sin que esto quiera decir que los corruptos no deban ser empapelados).
Si a esto añadimos que mi percepción es que una gran mayoría de españolitos no pasan del Marca, pues es evidente que la manipulación que se puede hacer desde los medios de comunicación pervierte en cierta manera nuestra democracia. Y otro ejemplo simple es que gobernando Felipe González, con noticias de corrupción día sí y día también, se tardaron dos elecciones en ponerlo en la calle.
Libertad de expresión siempre y plena, pero exigiendo a los medios responsabilidad por la información que publican.
Después, evidentemente, se puede opinar, articular, etc. Faltaría más. Pero siempre como segunda parte, para que el lector, después de tener su idea, pueda tener otro punto de vista, y comparando ambos, tener una opinión final meditada, reflexionada y argumentada.
Claro, pedir esto en nuestro país es poco menos que pedirle peras al olmo. Entre los intereses comerciales de los medios con el gobierno de turno y la ideología de cada medio, volvemos a polarizar a la opinión pública, ya que, pongamos por ejemplo, una prevaricación lo es o no dependiendo de a quién leas. Un ejemplo muy reciente: si un juez, a sabiendas de que es ilegal, realiza escuchas en prisión a imputados por corrupción, y se descubre, y los imputados recurren el hecho, y el CGPJ abre expediente al susodicho juez, determinados medios apoyan ese recurso y tildan al juez de prevaricador mientras otros lo defienden…Y media España está a favor del juez y la otra media en contra. La realidad es que todos los medios deberían decir claramente que es ilegal, o no, lo que ha hecho y que, precisamente por ser juez, debería ser juzgado (sin que esto quiera decir que los corruptos no deban ser empapelados).
Si a esto añadimos que mi percepción es que una gran mayoría de españolitos no pasan del Marca, pues es evidente que la manipulación que se puede hacer desde los medios de comunicación pervierte en cierta manera nuestra democracia. Y otro ejemplo simple es que gobernando Felipe González, con noticias de corrupción día sí y día también, se tardaron dos elecciones en ponerlo en la calle.
Libertad de expresión siempre y plena, pero exigiendo a los medios responsabilidad por la información que publican.
Etiquetas:
fukuyama,
medios de comunicación
sábado, 13 de marzo de 2010
Continuando con la teoría de Francis Fukuyama en “La construcción de estado”, el siguiente capítulo serían los cuerpos de seguridad del estado.
Y al igual que pasa con los jueces, resulta que la policía, algunos pocos a Dios gracias, corrompida ideológicamente, actúa no al dictado de la independencia y de la objetividad, si no del poder político o ideológico.
Ejemplos hay unos cuantos: el chivatazo del bar Faisán, donde se avisa a los terroristas que mañana van a matar a cualquiera de sus compañeros, que vienen a por ellos. O las malintencionadamente ambiguas, generosamente hablando, comunicaciones posteriores al 11M. O el hecho de sacar esposados como a criminales a detenidos por presunta corrupción urbanística. O detener a dos manifestantes militantes porque abuchean a un político del bando contrario.
El problema es que si este tipo de acciones no se castigan, la gente que tiene el poder se acostumbra a malversarlo. Y cada vez es más fácil cruzar la línea. Y claro, si además resulta que los que tienen que juzgar son del mismo bando, o del contrario, es decir, no son independientes y objetivos, las sentencias quedan desvirtuadas. Y el círculo vicioso no se rompe. Y con el cambio de régimen, llega el ojo por ojo.
La triste realidad es que el poder político ha corrompido las instituciones que tienen que velar por la justicia y la libertad de nuestra joven democracia (a ciertos elementos de las mismas). No pasa nada aquí, como casi siempre, porque a la mayoría ‘nos pilla lejos’ y ‘no nos afecta’. Pero no es cierto desde el momento que no te puedes significar políticamente.
Y al igual que pasa con los jueces, resulta que la policía, algunos pocos a Dios gracias, corrompida ideológicamente, actúa no al dictado de la independencia y de la objetividad, si no del poder político o ideológico.
Ejemplos hay unos cuantos: el chivatazo del bar Faisán, donde se avisa a los terroristas que mañana van a matar a cualquiera de sus compañeros, que vienen a por ellos. O las malintencionadamente ambiguas, generosamente hablando, comunicaciones posteriores al 11M. O el hecho de sacar esposados como a criminales a detenidos por presunta corrupción urbanística. O detener a dos manifestantes militantes porque abuchean a un político del bando contrario.
El problema es que si este tipo de acciones no se castigan, la gente que tiene el poder se acostumbra a malversarlo. Y cada vez es más fácil cruzar la línea. Y claro, si además resulta que los que tienen que juzgar son del mismo bando, o del contrario, es decir, no son independientes y objetivos, las sentencias quedan desvirtuadas. Y el círculo vicioso no se rompe. Y con el cambio de régimen, llega el ojo por ojo.
La triste realidad es que el poder político ha corrompido las instituciones que tienen que velar por la justicia y la libertad de nuestra joven democracia (a ciertos elementos de las mismas). No pasa nada aquí, como casi siempre, porque a la mayoría ‘nos pilla lejos’ y ‘no nos afecta’. Pero no es cierto desde el momento que no te puedes significar políticamente.
Etiquetas:
cuerpos seguridad,
estado,
fukuyama,
policia
jueves, 4 de marzo de 2010
Justicia domada
Fukuyama explica en uno de sus últimos ensayos (La construcción del estado - 2004) que para que una nación crezca sólida, tenga unos buenos cimientos, es necesario que ciertas instituciones sean independientes del propio estado. Se refiriere principalmente la Justicia, ya que, en un entorno de creación de riqueza, lo más importante es que las personas tengan absoluta certeza de justicia, independencia y equidad. Confianza, se llama. A partir de ahí, comenta, el estado debe poner su parte de obra para crear e impulsar esa economía de mercado que defiende en un entorno democrático liberal.
Él se refiere a los estados en construcción, pero, ¿Qué hacemos con la Justicia partidista y/o corrompida en estados desarrollados?.
Pongamos el ejemplo de España, ¡para qué ir más lejos!. Tenemos un poder judicial total y absolutamente ideologizado y controlado por los partidos políticos o el gobierno de turno que dictamina en base, no del interés común, sino al interés del momento de quien gobierna.
Algunos ejemplos: ¿Cómo puede ser posible que el Tribunal constitucional lleve 3 años debatiendo acerca de la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña?, ¿Cómo puede ser que a un magistrado no se le expulse a sabiendas de que ha cobrado dinero de una empresa y al mismo tiempo participaba en una causa contra esa misma empresa?, ¿Cómo puede ser que un juez sentencie que es legal rotular en castellano, o inglés, o chino, o cirílico?, etc
El problema es que no estamos hablando de fallos en sentencias o retrasos, que se pueden dar por la acumulación de trabajo o la escasez de recursos. Estamos hablando que estos señores amoldan las leyes al calor del interés del que está en el poder…pero claro, teniendo en cuenta que se nombran no por su valía si no por el lado del que cojean y nos sus compañeros si no el político de turno, se puede entender que haya estómagos agradecidos. ¿Y esto no es un tipo de prevaricación por ‘ingeniería judicial’?
Así que Fukuyama, o cualquier otro pensador, debería iluminarnos en cómo reconstruir un estado desarrollado cuyas grietas estructurales amenazan derrumbe.
Él se refiere a los estados en construcción, pero, ¿Qué hacemos con la Justicia partidista y/o corrompida en estados desarrollados?.
Pongamos el ejemplo de España, ¡para qué ir más lejos!. Tenemos un poder judicial total y absolutamente ideologizado y controlado por los partidos políticos o el gobierno de turno que dictamina en base, no del interés común, sino al interés del momento de quien gobierna.
Algunos ejemplos: ¿Cómo puede ser posible que el Tribunal constitucional lleve 3 años debatiendo acerca de la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña?, ¿Cómo puede ser que a un magistrado no se le expulse a sabiendas de que ha cobrado dinero de una empresa y al mismo tiempo participaba en una causa contra esa misma empresa?, ¿Cómo puede ser que un juez sentencie que es legal rotular en castellano, o inglés, o chino, o cirílico?, etc
El problema es que no estamos hablando de fallos en sentencias o retrasos, que se pueden dar por la acumulación de trabajo o la escasez de recursos. Estamos hablando que estos señores amoldan las leyes al calor del interés del que está en el poder…pero claro, teniendo en cuenta que se nombran no por su valía si no por el lado del que cojean y nos sus compañeros si no el político de turno, se puede entender que haya estómagos agradecidos. ¿Y esto no es un tipo de prevaricación por ‘ingeniería judicial’?
Así que Fukuyama, o cualquier otro pensador, debería iluminarnos en cómo reconstruir un estado desarrollado cuyas grietas estructurales amenazan derrumbe.
viernes, 22 de enero de 2010
El Rey desnudo
El Rey está desnudo!, gritó el niño en el desfile, y de repente todo el mundo comentó la anatomía desnuda del Rey.
Algo similar al cuento de Hans Christian Andersen está sucediendo con los medios de comunicación respecto a JL R Zapatero/España. Quitando unas cuantas excepciones locales, el resto de los medios de comunicación de tendencia socialdemócrata (y algunos cuantos del otro bando) han glosado durante 5 años las bondades del traje (léase ‘ideario político’) de nuestro presidente y han obviado el lado oscuro de dicho ideario.
Claro, nadie se ha atrevido a contradecir el paño y corte del traje. Y el que lo ha hecho ha adquirido la etiqueta de 'esquirol'. O peor aún, de 'enemigo'. Y la vanidad y el ego son tan inmensos, abarcan tanto, que impiden escuchar, reflexionar y actuar en consecuencia.
Hasta ahora. De repente, FT (Financial Times) primero, y justo a continuación medios tales como The Economist, Liberation, El País o The Guardian, es decir, los más grandes popes occidentales de la comunicación, de ideología socialdemócrata, han alzado manos y cara al cielo y están aullando a los cuatro vientos, un día sí y otro también, el lastimoso estado actual y futuras previsiones de nuestra economía y la desesperante falta de iniciativas y pro-actividad para buscar soluciones eficaces después de que el gobernador del Banco de España hiciese de niño sincero.
En el cuento, si recuerdo bien, el reflejo que de sí mismo el Rey ve en el espejo hace que se dé cuenta de que realmente está desnudo y reaccione. Falta saber si nuestro Presidente, ante tantos y tan variados comentarios acerca de la desnudez de su política para sacarnos de la crisis reacciona. Y falta saber si el pueblo sigue pensando en lo maravilloso que es el traje del presidente…
Algo similar al cuento de Hans Christian Andersen está sucediendo con los medios de comunicación respecto a JL R Zapatero/España. Quitando unas cuantas excepciones locales, el resto de los medios de comunicación de tendencia socialdemócrata (y algunos cuantos del otro bando) han glosado durante 5 años las bondades del traje (léase ‘ideario político’) de nuestro presidente y han obviado el lado oscuro de dicho ideario.
Claro, nadie se ha atrevido a contradecir el paño y corte del traje. Y el que lo ha hecho ha adquirido la etiqueta de 'esquirol'. O peor aún, de 'enemigo'. Y la vanidad y el ego son tan inmensos, abarcan tanto, que impiden escuchar, reflexionar y actuar en consecuencia.
Hasta ahora. De repente, FT (Financial Times) primero, y justo a continuación medios tales como The Economist, Liberation, El País o The Guardian, es decir, los más grandes popes occidentales de la comunicación, de ideología socialdemócrata, han alzado manos y cara al cielo y están aullando a los cuatro vientos, un día sí y otro también, el lastimoso estado actual y futuras previsiones de nuestra economía y la desesperante falta de iniciativas y pro-actividad para buscar soluciones eficaces después de que el gobernador del Banco de España hiciese de niño sincero.
En el cuento, si recuerdo bien, el reflejo que de sí mismo el Rey ve en el espejo hace que se dé cuenta de que realmente está desnudo y reaccione. Falta saber si nuestro Presidente, ante tantos y tan variados comentarios acerca de la desnudez de su política para sacarnos de la crisis reacciona. Y falta saber si el pueblo sigue pensando en lo maravilloso que es el traje del presidente…
Etiquetas:
crisis,
rey desnudo,
zapatero
viernes, 8 de enero de 2010
Crispación
Hace unos meses entré en el foro de mis nuevos vecinos. Y resulta que prácticamente todas las entradas que seleccioné con alguna referencia al ayuntamiento y peticiones de urbanidad, da igual acerca de qué, pero imaginaros...qué si tenemos pocos servicios, que si hay cacas de perro en las aceras, que si hay que pedir que rebaje la acera para acceder al garaje, etc., acababan en una trifulca ideológica con insultos varios, contestaciones despreciativas y despectivas y poco o nigún respeto a las opiniones ajenas. En fin, una radicalización desmesurada en una cuestión de un interés común (y tan local como vecinal).
Ayer echaban humo, de guerra, como en las películas del oeste, dos foros: El de la noticia de que habían detenido al presunto agresor de Herman Tertsch y las declaraciones de Montilla pidiendo a la sociedad catalana 'que se eche al monte' en caso de que declaren total o parcialmente inconstitucional el estatuto y de paso ir contra el PP ya que tendrían la culpa por haber presentado recurso ante el Tribunal Constitucional.
Si una simple cuestión vecinal de interés común degenera en una pelea en la red, imaginaros si echamos gasolina al fuego con 'declaraciones' que incitan a la violencia, que denigran las creencias ajenas, que acusan sin pruebas, que insultan la inteligencia. ¿Hasta dónde van a llegar los políticos y determinados comunicadores con el fin de tener arrimada el ascua ideológico a su vivero de sardinas para seguir en el sillón o mantener la cuota de share?, ¿es que la línea del respeto al que tenemos enfrente ha desaparecido ya completamente?, ¿no tienen más capacidad para convencernos de sus ideas sin tener que traspasar esa barrera ética y moral necesaria?. Y en ambos casos, entre otros muchos, se ha hecho uso de ese catalizador.
Pero no toda la culpa la tiene esta gente. Parte de la culpa la tenemos nosotros, los españolitos de a píe, porque no deberíamos entrar a ese juego, porque deberíamos saber elegir a nuestros políticos, que no a los partidos, porque habría que cambiar de canal, porque deberíamos pensar antes de escribir, o de hablar, o de votar...porque es un mal camino para uno mismo y, sobre todo, un pésimo ejemplo para los que vienen por detrás.
Sin embargo, me temo que esto supone esfuerzo y no todo el mundo quiere o tiene interés en esforzarse. A los hechos me remito: según la revista Lecturas, la segunda mujer más valorada por los españoles en el año 2009 es...Belén Esteban.
Ayer echaban humo, de guerra, como en las películas del oeste, dos foros: El de la noticia de que habían detenido al presunto agresor de Herman Tertsch y las declaraciones de Montilla pidiendo a la sociedad catalana 'que se eche al monte' en caso de que declaren total o parcialmente inconstitucional el estatuto y de paso ir contra el PP ya que tendrían la culpa por haber presentado recurso ante el Tribunal Constitucional.
Si una simple cuestión vecinal de interés común degenera en una pelea en la red, imaginaros si echamos gasolina al fuego con 'declaraciones' que incitan a la violencia, que denigran las creencias ajenas, que acusan sin pruebas, que insultan la inteligencia. ¿Hasta dónde van a llegar los políticos y determinados comunicadores con el fin de tener arrimada el ascua ideológico a su vivero de sardinas para seguir en el sillón o mantener la cuota de share?, ¿es que la línea del respeto al que tenemos enfrente ha desaparecido ya completamente?, ¿no tienen más capacidad para convencernos de sus ideas sin tener que traspasar esa barrera ética y moral necesaria?. Y en ambos casos, entre otros muchos, se ha hecho uso de ese catalizador.
Pero no toda la culpa la tiene esta gente. Parte de la culpa la tenemos nosotros, los españolitos de a píe, porque no deberíamos entrar a ese juego, porque deberíamos saber elegir a nuestros políticos, que no a los partidos, porque habría que cambiar de canal, porque deberíamos pensar antes de escribir, o de hablar, o de votar...porque es un mal camino para uno mismo y, sobre todo, un pésimo ejemplo para los que vienen por detrás.
Sin embargo, me temo que esto supone esfuerzo y no todo el mundo quiere o tiene interés en esforzarse. A los hechos me remito: según la revista Lecturas, la segunda mujer más valorada por los españoles en el año 2009 es...Belén Esteban.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)